• Encuentra el tono correcto
    El corrector no debe tener más de un tono más claro que la base, ya que puede crear un efecto de “ojos blancos”. Además, tenga en cuenta que el zinc no se encuentra entre los ingredientes, ya que puede crear ese efecto de polvo.

  • Aplicar antes de la base
    Aunque hay quienes prefieren hacer lo contrario, nuestra sugerencia es que primero cubras las imperfecciones con corrector y luego apliques una capa base ligera. Esto te dará un acabado mucho más uniforme.
  • Observa los tonos amarillos para ocultar las ojeras.
    Este tono ayudará a disminuir el morado que es común en las ojeras. ¡Úselo a su favor!
  • Utilice un polvo translúcido para sellar, ¡pero no se exceda!
    No satures tu brocha con polvo ya que podrías obtener una cobertura desfavorable. Tome un poco del producto y agite las cerdas golpeando el recipiente. De esa forma, obtendrás una cantidad moderada.
  • Ve poco a poco
    Nunca llenes tu rostro con producto, lo mejor es aplicarlo paso a paso. Comience con unos pequeños puntos y mezcle con una esponja. Si descubre que aún no lo ha cubierto todo, aplique un poco más.

Aléjate unos pasos del espejo para tener una mejor perspectiva de cómo se ve tu rostro. ¡No abuses del producto!

Antes de aplicar algún consejo consulte con su especialista.